Familia Orozco Mendoza

Conocimos al Dr. Vásquez en uno de los momentos más duros de nuestras vidas. Nuestra hija mayor estaba gravemente enferma, conectada a un respirador por una neumonía severa. En medio de esa angustia, apareció él: un profesional con una calidad humana y médica que no se encuentra fácilmente. Nos acompañó con una entrega total, desde el primer día hasta el alta médica. Su presencia fue un verdadero consuelo en medio del caos.

Desde entonces, supimos que no queríamos a otro pediatra para nuestra hija. El Dr. Vásquez se convirtió en nuestro aliado, nuestro guía, y, sobre todo, en un apoyo constante y exclusivo. Su atención no es solo profesional, es profundamente personalizada. Nos ha acompañado paso a paso en el proceso de recuperación de nuestra hija, con una paciencia admirable y una dedicación que va más allá de lo esperado.

Nos enseñó todo lo que como padres primerizos no sabíamos: la importancia de completar el esquema de vacunas, los cuidados especiales en cada etapa del crecimiento, la alimentación adecuada, y cómo manejar en casa su condición de base, la rinosinusitis alérgica. Gracias a la bendición de Dios, a su orientación, a nuestra dedicación como padres hoy nuestra hija, con siete años, goza de una salud excelente y lleva una vida completamente normal.

Han pasado cinco años desde aquel primer encuentro, y podemos decir con total certeza que el Dr. Vásquez ha sido un pilar fundamental en nuestra formación como padres. Su atención es exclusiva, cercana y siempre disponible. Cada consulta con él es una experiencia de confianza total. Nos escucha, nos orienta, y nos hace sentir que nuestras hijas son su prioridad.

Cuando llegó nuestra segunda hija, no lo dudamos ni un segundo. Queríamos que el Dr. Vásquez nos acompañara desde el primer día. Y así fue. Desde la consejería sobre lactancia materna, la alimentación complementaria, el uso adecuado de fórmulas, hasta el cumplimiento puntual de su esquema de vacunas, su guía ha sido clara, constante y profundamente humana. Gracias a él, este camino ha sido mucho más sencillo y seguro.

Lo que más valoramos es la tranquilidad que sentimos en cada consulta. El Dr. Vásquez transmite una seguridad que reconforta. Salimos de su consultorio con la certeza de que nuestras hijas están en las mejores manos. Su trato es cálido, su conocimiento es profundo, y su compromiso con cada detalle es lo que hace que su atención sea verdaderamente única.

Hoy nuestras hijas tienen siete y tres años. Y sin duda alguna, seguiremos confiando en el Dr. Vásquez. Su trabajo es un ejemplo de dedicación, orden, responsabilidad y amor genuino por los niños. Sabemos que cada etapa del crecimiento traerá nuevos retos, pero también sabemos que contamos con un profesional de altísimo nivel, dispuesto a acompañarnos con exclusividad, empatía y excelencia en cada paso del camino.